Ciudad tranquila del sur de España, Córdoba atrae a pocos turistas, aunque no lo merezca. Hay varias razones para visitar esta increíble ciudad. En primer lugar, su arte; en segundo, su historia; y en tercero, su gastronomía. Muchos testigos oculares citan también como cuarto motivo para visitar Córdoba el de las mujeres más bellas de Andalucía.
El clima mediterráneo continental favorece la visita a Córdoba durante la primavera y el otoño, ya que los veranos son bastante calurosos, alcanzando a veces los 40 grados centígrados.
Para los gourmets, Córdoba ofrece una experiencia gourmet mediterránea, con abundancia de verduras y aceite de oliva. El delicioso bouquet de los vinos de Córdoba tampoco dejará indiferente a nadie.
Córdoba siempre ha sido refugio de poetas, artistas, filósofos y científicos. Incluso hoy en día es el hogar de un gran número de personas con talento, desde poetas a toreros o brillantes cantantes de flamenco.
Esta asombrosa danza es el corazón de la Feria de Córdoba de mayo. Cada año por estas fechas, Córdoba presenta un colorido cuadro flamenco.
Como muchas ciudades meridionales, Córdoba ha acogido las culturas de tres épocas: el cristianismo, el judaísmo y el islam. Pero es en Córdoba donde la tradición árabe está más claramente definida, tanto en las calles de la ciudad, con las obras maestras arquitectónicas del Califato cordobés, como en el corazón de sus habitantes, que aún pasean tranquilamente por el interminable laberinto de las calles de la ciudad.
La mezquita es una de las doce maravillas arquitectónicas de España, siendo la Mezquita la más destacada de los monumentos musulmanes. Tanto el interior de la mezquita como su huerto de naranjos en el exterior son encantadores y, al mismo tiempo, sorprendentemente tranquilos.
A pocos kilómetros de Córdoba se encuentra la Medina As-Sahara. La antaño majestuosa ciudad palatina del siglo X es ahora de gran valor para los arqueólogos.
La cultura del judaísmo se refleja en el Barrio Judío, donde aún se conserva la principal sinagoga de España, aunque no se utiliza para los fines previstos desde el siglo XIV.
La cultura cristiana ha dejado su huella indeleble en el Alcázar. El edificio de este palacio es un monumento emblemático de Córdoba.
El patrimonio cultural de Córdoba le valió el derecho a reclamar el estatus de Capital Española de la Cultura en 2016.
